Ahora, más

| Por Lucía Ríos | Foto: Cobertura Colaborativa #13J |

El movimiento feminista reunió más de un millón de personas a lo largo y ancho del país durante la jornada del 13 y 14 de junio, en lo que fue la sesión histórica de 22hs de debate que fue acompañada por carpas, ferias, un mega festival y la #VigiliaVerde nocturna. Finalmente 129 votos a favor dieron pie a la media sanción tan esperada. Las protagonista fueron las históricas y las pibas. ¿Y ahora?

“La revolución de las hijas”, tan bien expresado por Luciana Peker, se hizo realidad nuevamente durante toda la jornada de ayer. Colegios tomados, pibes y pibas formándose, buscando estrategias y peleando para que sus derechos sean respetados. Son la generación que nació sin miedo. No sólo son conscientes de las violencias en sus vínculos, de género y patriarcales, si no de las que ejerce el Estado, que matan pibas y pibes por la espalda, que hambrean a la población y que asesina conquistas fundamentales.

photo4979131693805971448Una storie de instagram ilustra dos mujeres abrazadas de espalda: “Somos las hijas de los pañuelos blancos y madres de los pañuelos verdes”. 

Mateo, de 16 años, va al turno tarde del Liceo 12. A la mañana se puso a llamar a sus compañeres para organizarse, convocar la mayor cantidad de estudiantes y marchar al Congreso. Se iba corriendo de su casa cuando Laura, su mamá, le gritó: “¡Tu pañuelo!”. Ambos buscaron y entre ropa, libros y cosas, apareció. “Menos mal que me lo dijiste”, le suspiró feliz y ella , antes de que se fuera, le pidió rápido: “¡Saquémonos una foto!”. No sabían que imágenes como esa iba a ser moneda corriente horas después en las calles de Balvanera.

Madres, abuelas, hijas, tías, sobrinas y muchas, muchas amigas, inundaron todo de verde. El escenario armado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, sobre Callao, brotaba de consignas que hacían cantar y bailar a quienes estaban a su alrededor. Atrás, en bambalinas, las artistas que iban a actuar eran maquilladas por una doula, murguera y militante. “Aborto legal” trazaba en blanco con fondo de colores en las caras de todas. Miss Bolivia con una trenza, Malena Dalessio con unas piedras que le adornaban las mejillas y los ojos, Jimena Barón con un mechón. Todos los accesorios eran de un fuerte verde furioso. Verde abortero.

“Necesito cantar primero, te pido mil disculpas. Muchísimas gracias”, le adelanta Jimena Barón a una cronista petisa que le pidió una reflexión y que de tanto abrigo parecía más ancha. Ambas sonríen y se agarran de las manos.

Al costadito del escenario, una periodista que iba con el minuto a minuto se le congeló la voz: “Perdemos por un voto”. Lo susurró casi en silencio para no pincharle el globo a nadie. Ella no lo sabía, pero se iba a equivocar.

El movimiento feminista que sabe de hacerse desde abajo, no tiene otra opción que crecer, y eso implica ciertos objetivos relacionados con la sociedad pero también con las coyunturas. A las referentas políticas se les exige estar a la altura y a los referentes, que acompañen la marea verde que golpea fuerte y sabe lo que quiere. Y que se corran, siempre.

Las pibas le cantan a las Madres de la plaza cuando ven pasar a Hebe en una Kangoo roja. En el bunker de Aeronavegantes, 20 pibes y pibas de edad secundaria están haciendo una reunión: cada une tiene un mapa en la mano que indica por dónde se van a mover. Organizadas. Organizades. Afuera, con el glitter y sus abrigos verdes, hay cantos felices. El piberío se abraza con las históricas, las que marcaron el camino, las que fundaron la ola que hoy explota.

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Minutos antes de las 10 de la mañana, el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, habilitó la votación. Afuera con cansancio, frío y desvelo, los ojos de todas miraban la pantalla sin casi querer parpadear. Algunas movían las piernas como hartas de esperar. Eran segundos nomás.

131. No, cinco están mal. Ahora dos están mal. ¿Se vota de nuevo? Desesperación. Monzó está cansado y se nota. Se aclara el confuso episodio. Son 129 a favor. El más de millón de personas no para de gritar y llorar de emoción. Del otro lado de las vallas, algunos cientos de militantes anti derechos, también esperaban. Un pibe alto se exaspera agarrándose la cabeza y empieza a gritar: “Perdimos la guerra, ¿entendés? ¡Desde que Macri dijo la bendita frase: ‘Habilito el debate’, perdimos la guerra! ¡Traidor, Macri traidor”.

Al cierre de esta nota, el dólar estaba 28,43. Round 2.

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